Ya he acostado a las niñas que hoy se quedan en mi casa a dormir. Un día van a asarme, de verdad. Aquí está la tradición del ofuro que es como un baño grande y profundo para cuando ya te has duchado y estás limpio y entrar en calor. Como un jacuzzi caliente y sin burbujas que no se vacía cada vez. Pues estas locas lo ponen a 42-43 grados, colega. Yo suelo ponerlo a 39 o así y dicen que está frío. Y es que terminas como un salmonete, macho.
Pero, vaya, que estoy por aquí para dos horas largas que mañana trabajo desde casa y a mi ritmo. Por si queréis tirar millas.