Isolee
Milly Pencott
Tipo A
Aula de matemáticas de la profesora Harper
Milly no estaba interesada -activamente- en ligar. Estaba demasiado centrada en el periódico escolar y en sus cosas de instituto como para pensar en parejas. Era sociable y abierta con todo el mundo por carácter, incluso coqueta a veces, y además eso la ayudaba a que la gente hablara con ella y le contara cosas. Cuando le hablaban de su propia vida amorosa solía ponerse un poco nerviosa, como un shock por sorpresa que le recordaba que estaba descuidando una faceta importante de su vida de adolescente, y el nerviosismo era sensiblemente mayor cuando involucraba a su compañero de periódico.
No era la primera vez que le insinuaban una relación con Leo, ya que estaban juntos muy a menudo. Ella siempre decía que era un amigo. Un muy buen amigo, no uno cualquiera, pero nada más. Sin embargo, sí era cierto que su nivel de atención subía varios puntos cada vez que Leo y Riley estaban juntos.
Curiosidad y preocupación por un amigo, se decía a sí misma: ¿acaso no le gustaba Riley a Leo? Parecía evidente que sí, y vaya, Riley no era precisamente tonta, debía de haberse dado cuenta también, pero ¿le gustaba Leo a Riley? ¿Era esa forma de jugar con los sentimientos de Leo una forma torpe de revelárselos, esperando a que él diera el primer paso serio? ¿O acaso se divertía a su costa consciente de sus sentimientos por ella? Milly tenía claro que Riley no pretendía hacerle daño a Leo, pero a Riley le gustaba pinchar a todo el mundo, más cuanta más confianza tenía con alguien.
--¡Na-na-nada de novios por ahora! Así... ¡así me ahorro tener que hacer regalos!
Milly intentó cambiar rápido de tema.
--Por cierto Riley, ¡no sabía que eras una Quinn! Ahora solo nos faltaría una O'Shea para la sesión de esta tarde, y supongo que Aislinn no va a aparecer antes de la misma... por cierto, ¿puede venir Elijah Musa, de mi clase? No es que se lo haya ido contando a todo el mundo, la conversación surgió de forma natural, me ha pedido que le dé clases y le he dicho que esta tarde no podía porque tenía otra cosa pendiente... y de todas formas, ¡siempre viene bien contar con alguien grande y fuerte por si ocurre algo peligroso!