Resulta que hace poco se les rompió una plancha comprada en Carrefour con apenas unos meses. Debería estar en garantía pero tiraron el ticket así que les quedó un pisapapeles ahí.
La cosa es que Carrefour la seguía vendiendo así que se les ocurrió la genial idea de comprar una nueva, intercambiarlas y devolverla acusándoles de haberle dado una rota.
Les dije que no le iba a funcionar la argucia, que lo primero que van a mirar va a ser el número de serie, que al no coincidir se van a dar cuenta, a lo que mi padre me contestó "Pues les diré que ellos ya me lo dieron así, que la culpa es de ellos por no comprobarlo" a lo que le insistí que no iba a colar.
Mas tarde ese día apareció con la plancha nueva y le miré con cara de "tú sabras lo que haces".
A la mañana siguiente los vi de vuelta del Carrefour y les pregunté si al final intentaron hacer lo de la plancha y si miraron el numero de serie, me dijo que fue lo primero que hicieron. "¿Entonces?" Le pregunté, creyendo saber la respuesta.
Por lo visto habia intercambiado los numeros de serie aplicando calor en ellos para que se despegaran sin romperse y terminó colando.
La moraleja de esto es que con un poco de ingenio puedes conseguir lo que te propongas.