Escuchar música con atención es entrar en una máquina del tiempo.
Suena "Here with Me" de Dido y viajas 24 años atrás, a una época mucho menos complicada, en la cual el mundo digital aún no había apoderado de todo. Escuchas "If God Will Send his Angels" de U2 y regresas a los años 90. A los tamagotchi, al cerebro de la bestia, a la buena época del gran prix del verano.
Incluso, si lo que se está reproduciendo es "Flowers" de Miley Cyrus, es imposible no pensar que tiene un sonido vintage que te transporta de manera irresistible a un tiempo pasado.
Desde luego, la música no trata solo de evocar otras eras. También es sentir puro placer, es encontrar sentido a letras crípticas o descubrir qué tan intrincados pueden ser algunos arreglos.
Escuchar música es simplemente maravilloso.