Isolee
Rachel
Disimulando como ha hecho decenas de veces, sale de su habitación como si hubiera estado escuchando música durante horas, para dirigirse al baño.
Comprueba que la ventana del baño está cerrada y cierra el pestillo.
Se desnuda y como si lo hubiera olvidado, se sorprende de ver de nuevo el tatuaje en su antebrazo.
Se mete a la ducha y lo examina, parece un tatuaje normal. Cuando el agua empieza a salir caliente, se lo moja para comprobar que no se borra, lo toca y lo frota con la esponja, le sigue doliendo un poco. Bueno, ni tan mal, siempre había querido hacerse uno, pero no había conseguido reunir el dinero necesario, ese podría ser el primero de muchos, una estrella del rock sin tatuajes no era una verdadera estrella.
Sube la temperatura del agua hasta que sale casi ardiendo, poco a poco entra en calor y deja de temblar. Piensa en todo lo ocurrido hoy y en las preguntas que Cindy ha dejado por responder, la conversación con su hermana, con Pete, el estado de salud de su madre... Demasiada información para un solo día.
Sale de la ducha con el pelo goteando y se envuelve en un albornoz con capucha. En su habitación se pone el pijama y se acuesta tapándose hasta arriba sin tardar mucho en dormirse.