"Tranquila, invito yo. Era por tener un detalle para contigo Bailey", le dice Elijah guiándole un ojo. "La caja de herramientas es por si tenemos alguna avería en el coche, nunca se sabe. Pero si no lo quieres, te puedo invitar a cenar… y lo que surja."
Bailey levanta las cejas, y luego aparta la vista, sintiendo cómo se le suben los colores. ¡Vaya, vaya, vaya! Eso sí que no se lo esperaba, aunque a estas alturas casi que agradecía que los misterios de fantasmas siniestros cambiaran por algo más mundano, como el misterio de cómo iba un chico a intentar meterse en sus pantalones. Lástima que Elijah pasara a hablar de asesinatos y, peor aún, d manifestaciones. Bailey vuelve la mirada hacia el chico, sus ojos azules denotando cierta preocupación. Prefería no decir nada respecto a si debía ir o no ir, pero... la joven rubia no estaba del todo tranquila con la idea de una manifestación del BLM en Innisport.
"Bailey, de lo de James nos hemos enterado esta mañana, ¡lo que no sabía era lo que se estaba montando en Twitter! Tengo que echarle un vistazo al móvil. Ah, en la comisaría casi nos detienen por mirar en el ordenador qué sabe la policía del tema." Milly añade entonces, una distracción que... bueno, en realidad no distrae de nada. De hecho, podría decirse que es peor.
"Ah... guau... sí que os habéis metido en el papel de detectives, ¿eh?" Bailey le contesta a Milly. No hay ni una pizca de sarcasmo en su voz, pero el radar femenino de Milly sin duda detecta la poca gracia que le hace a la atleta la idea de que sus... amigos, más o menos... se pongan a espia en los ordenadores de la policía. Confiaba en que no hubieran intentado hackear nada o algo, y que no se hubieran llevado a María con ellos específicamente para eso.
Después, Bailey observa cómo Milly saca un simpático muñequito... y lo destripa, para sacar una llave que según dice ella, es del apartamento de su tío.
¿Su tío?
Ah, sí. El tío de Milly. El locutor de radio al que la policía ha arrestado. Bailey casi se atraganta, y empieza a masajearse la garganta a través de la bufanda.
Bailey cada vez tiene menos ganas de estar con el grupo... pero... María interviene.
“¿Tú querrás venir Bailey? Entiendo que no te guste meterte en problemas, pero te servirá como a mi para meterte al corriente de lo que ocurre. Además, ya que no nos veremos por la tarde…”
Elijah, Milly y Ronan pueden ver cómo Bailey aprieta los labios, controlándose antes de decir algo que no quería que nadie oyera. Después de cerrar los ojos y respirar hondo, hinchándose el pecho visiblemente aun a pesar del grosor de su abrigo y de la chaqueta que lleva debajo, la espectacular rubiaza se relaja visiblemente. Entonces, con una sonrisa y unos gestos tan tiernos como los de una madre, Bailey se quita la bonita boina escocesa que lleva sobre la cabeza, y se la pone con suavidad y firmeza a María. Con una sonrisa ahora más divertida, Bailey suspira. "Vale, venga. Iré donde queráis. Luego almorzamos, podemos ir a algún lado... pero ya sabéis que para la tarde he de irme, así que no me llevéis a una zona de guerra, ¿Okay?"
Dicho eso, Bailey se dirige a Elijah. "Olvídate de las herramientas para mi coche. En casa tengo, y si necesito llamar a un mecánico no es problema. Quizá acepte lo de la cena en otra ocasión, pero te aviso que yo no salgo con chicos que tengan moratones en la cara."