Todos hemos sido chavales -y, por lo tanto, gilipollas hasta decir basta- pero lo de hoy día se pasa de madre. Llegar a la agresión física, y pavonearse de ello, requiere una mano dura realmente DURA. No tienen respeto por nada ni por nadie, todo se la sopla, y todo les resbala porque creen que están por encima de todo y de todos, que no hay una responsabilidad a los actos de cada uno. Evidentemente estoy generalizando... sin temor a una represalia, a un castigo, no dejarán de hacer el hijoputa.
Se necesita un reseteo de la educación desde los cero años. Y un reseteo también de la mentalidad de los padres, sino no haremos nada...