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No sé ni por dónde empezar, así que voy a intentar que sea por el principio. La película se abre con Catilina, el personaje al que interpreta Adam Driver, dudando si lanzarse al vacío desde el Edificio Chrysler. Cuando finalmente se decide, grita "¡tiempo, detente!" y se queda ahí flotando sin caer. De ahí sacamos que Catilina tiene una especie de superpoder que es detener el tiempo. ¿Vemos algún uso práctico de esto durante toda la película? ¡No! Porque no es un superpoder, es una metáfora de la capacidad del artista para detener el tiempo con su arte. Pero aún no sabemos si este señor es artista.
Presentado (mal que bien) al protagonista, nos enteramos de que el alcalde Cicero presenta un proyecto de transformación de la ciudad de Nueva Roma que consiste en que van a construir un casino gigantesco. En otra escena (ya no recuerdo si anterior o posterior) vemos a Catilina dando la orden de que se derribe un bloque de viviendas y deteniendo el tiempo para deleitarse con la imagen. Catilina parece ser que es el arquitecto municipal/concejal de urbanismo. Por la escena aparece un coche que lleva a la hija del alcalde, Julia, que ve cómo el tiempo es detenido a voluntad de Catilina, siendo la única persona que puede percibirlo. Este hecho lleva a Julia a enamorarse perdidamente de Catilina, con la oposición de su padre e incluso enfrentándose a él.
Catilina tiene otro proyecto para la ciudad: un nuevo material diseñado por él, el megalón (por el que ha ganado el Nobel nada más y nada menos) que permite hacer construcciones que son un poco lo que quiere el morador. ¿Que quieres otra habitación? Surge. Este material sabe lo que la humanidad necesita. Cicero se opone a Catilina porque a) es un corrupto y está vendido al capital (encarnado por el tío de Catilina, Craso), aunque durante la película no se da más detalle sobre esto más allá de que le invita a la presentación del proyecto y luego Cicero va a la boda de Craso b) es un reaccionario conservador. Las dudas sobre si ese material milagroso es realmente útil para construir no son lícitas (¿cómo te puedes oponer al arte si no eres malo o corrupto?). Después de recitar el monólogo de Hamlet, Catilina se va a dar una vuelta en una ciudad postapocalíptica donde las estatuas se derrumban, particularmente la de la Justicia:
Terrible uso del CGI, en vídeo se ve aún peor.
Las relaciones entre la familia de Catilina no son idílicas. No solo tiene problemas con su madre, que desearía haber tenido una niña, sino que tiene un primo amanerado y depravado que le odia por su talento y que desea llamar la atención de su abuelo para poder heredar la riqueza familiar. Como podéis ver, todos los personajes, de una manera u otra, están relacionados con Catilina. Entiendo aquí que quiere hacer una crítica a la oligarquía (¿de la política?¿del cine?). Supongo que me faltan referentes, tanto por no estar excesivamente familiarizado con la conjuración de Catilina como con la situación político-social americana. En cualquier caso, no es problema mío.
Podría seguir buscando pegas al argumento, que son muchas porque se notan las reescrituras del guión y los recortes de metraje, porque hay un apelotonamiento de ideas ahogadas unas por otras, porque es incapaz de dar con el tono (dice en la apertura de la película que es una fábula, después intenta convertirlo en una sátira y acaba siendo ni una cosa ni otra; se nota especialmente en el trabajo de actores: Shia Leboeuf y Aubrey Plaza están en una película, Adam Driver y Giancarlo Esposito en otra), porque no consigue sacar partido a la idea de NY como esa Nueva Roma (todo sigue igual pero con ropas de gala raras y algún cartel en latín); pero ni siquiera es el único problema. Siendo Coppola esperaba algo más cinematográficamente, y no lo he encontrado. La película es morosa y adolece completamente de ritmo; el montaje es confuso y la fotografía es terrible.
Ni Guillermo del Toro en LSD te firma este plano
Qué abigarramiento de sobreimpresión, ni siquiera te da tiempo a ordenar las imágenes
No he encontrado ejemplos en internet del uso que hace de la pantalla dividida, pero creedme que es absolutamente excesivo. Tres minutos de reloj mostrando en pantalla dividida las maravillas del megalón.
Y sin embargo, lo peor de todo es que se siente terriblemente moralista. Es un sermón que nos echa Coppola a todos, a la sociedad, a los que mandan, a los espectadores... ¡Y no queda claro por qué!
Iba advertido aunque no había querido leer mucho, pero es la mayor decepción que me he llevado en un cine. En un par de momentos he tenido que llevarme las manos a la cabeza porque no era capaz de creer lo que estaba viendo.