Eran los 90, yo era un chaval e iba al parque todos los días después del cole. Tenía mi grupito de amigos y jugabamos al futbol, al escondite, a los tazos... Maravilloso. Lo que hemos hecho todos.
Pero no recuerdo como, un día conocimos a Jordi. Era un chaval bastante mayor que nosotros, no sabría decir la edad la verdad pero igual tenía 10 años más. Y jugaba con nosotros. Raro verdad? Pues el chaval fue el que empezó a hacernos jugar a una especie de dungeons and dragons usando la imaginación. Castillos, mazmorras, esqueletos vivientes, libros de conjuros... Lo pasabamos bien.
Este tío una vez estuvo en mi casa incluso. Pero esa fue de las últimas veces que le vimos. A mis padres no les hacía mucha gracia y es comprensible. Era un chaval poca cosa, desaliñado, que se veía que no procedía de un entorno sano, lo cual acrecentaba sus pintas de pedófilo.
Ignoro que hacía jugando con chavales más pequeños, pero independientemente de si había un monstruo en su interior o solo buscaba amistad aunque fuese con chavales más pequeños, gracias por entretenernos amigo del rol.
Quizá algún día lo olvide por completo pues los recuerdos de esa época son cada vez más borrosos. Hay muchos recuerdos que con el paso de los años y al no estar relacionados con nada actual, nunca vuelven a emerger y supongo que se terminan perdiendo.