Pues, yo me opongo a que quiten el celibato. Si ya la Iglesia mete sus garras en muchos aspectos, más de los que nos imaginamos, véase libros de texto y editoriales, el día que tengan hijos veremos una nueva forma de nepotismo. A ver si os creéis que el hijo del obispo iba a tener el mismo trato que el del panadero. De hecho, los obispos y demás fauna lo que deberían hacer es bajar su tren de vida y mirar más hacia el sacerdocio llano. Pero, bueno, ya lo veremos. Lo que sí es cierto y, lo comenta el obispo, es que los nuevos curas son mucho más conservadores. Cosas de que, ahora, sean los más creyentes ---o radicales, para qué mentir--- lo únicos que emprenden el sacerdocio.