Después de lo del covid las mascarillas han ganado mucha más presencia en nuestra sociedad, pero todavía no está claro el protocolo a seguir, cuando se trata de su colocación voluntaria.
Es decir, la idea es que, cuando estemos enfermos, la mascarilla nos ayudará a evitar contagiar a los de nuestro alrededor. No nos la ponemos por nosotros, sino por los demás. No obstante, ya he visto a muchísima gente enferma que no se pone la mascarilla.
Yo sí que lo hago; de hecho ahora mismo estoy algo resfriado y la llevo puesta desde hace dos días. Lo que me jode es que, al ponértela, te tratan como a un apestado, lo cual no deja de ser irónico porque precisamente la llevo por ayudarlos a ellos. En fin.