Sentencia pionera en España. Carlos Herranz Ortega, un madrileño de 44 años, ha sido condenado por hacerse pasar por un lama budista y liderar una secta sexual llamada 'Senderos del viento'.
El Juzgado de lo Penal número 1 de Guadalajara ha condenado al conocido como el 'Lama Losel' por encabezar una secta que influía en la voluntad de sus adeptos con fines de carácter sexual.
Se trata de la primera sentencia de este tipo que se dicta en España y el condenado ha aceptado una condena de seis meses de prisión, que le permitirá eludir su entrada en la cárcel. También fue condenado a pagar 20.000 euros a las víctimas por un delito de asociación ilícita coercitiva.
"El semen es un néctar sagrado"
El 'Lama Losel' estaba acusado de los delitos de asociación ilícita, estafa y lesiones psíquicas y físicas en una causa que arrancó tras la denuncia de una pareja de seguidores a finales de 2017.
Carlos Herranz Ortega era el líder de una secta de carácter sexual en la que llegó a decir que los problemas se arreglaban "de un lefazo místico" para justificar mantener relaciones sexuales alegando que "el semen es un néctar sagrado", como explicó el abogado de las víctimas, Carlos Bardavío Antón.
"Las víctimas y testigos decían que el fin era sexual, de hecho, hizo beber su propio semen a algunas mujeres con el engaño de que era para mejorarlas espiritualmente", explica el letrado, que precisa que el gurú las advertía que de no hacerlo "podían sufrir algún infortunio, como padecer un cáncer o sufrir un accidente".
Microchip extraterrestre implantado
Carlos Bardavío Antón explicó a EFE que dos de sus más acérrimos adeptos empezaron a desconfiar cuando Herranz les convenció de que tenían un microchip extraterrestre implantado.
Y que para quitárselo, a ella tenía que arañarla el brazo con una sierra de metal y a él darle palazos en el pecho (en concreto 30) hasta el punto de que cuando fue al médico, este le advirtió de que pudo haber sufrido un infarto.
La pareja que le denunció estaba convencida de que Herranz era un lama , pero cuando abandonaron la secta descubrieron que no lo era, que no tenía certificado como tal e, incluso, viajaron hasta la India para comprobarlo.
Él trabajó de forma gratuita seis años para el gurú, a quien le dio hasta 160.000 euros para la secta mientras que ella le entregó 25.000, todo cantidades no declaradas, añade el letrado.

Que puto asco que da.