Estás jugando a un juego de puzles y estás atascado con el puzle que tienes enfrente. No es que no puedas resolverlo, es decir, no es que sea imposible de resolver con las herramientas de que dispones. Se puede y sabes que se puede, pero no tienes ni idea de cómo. Sin embargo, este juego de puzles no es lineal, sino que admite cierta flexibilidad a la hora de avanzar y, además del puzle en el que te encuentras atascado, recuerdas que dejaste atrás 2 ó 3 puzles que, en ese momento, decidiste ignorar para continuar. ¿Qué haces en esta situación?
- Sigues empecinado en resolver el puzle con el que estás atascado.
- Ya volverás luego, tienes potenciales rutas por las que avanzar que aún no has visto.
Esta situación podéis extrapolarla a otros géneros distintos. Donde dije puzle, sustituidlo por jefe, o ni siquiera jefe, un área. ¿Sois más dados a tirar de cabezonería en estos casos, o podéis decir “ya volveré” y dejarlo para otro momento?
A mí, por ejemplo, me es imposible dejarlo para otro momento. Por poner un ejemplo de no hace mucho, jugando Pokémon Escarlata llegué mucho antes de tiempo a uno de los Pokémon tochos (el Great Tusk de la historia) y se felpaba a todos mis Pokémon de una hostia antes de que pudiera hacer nada. Podría haberme ido, volver 2 horas más tarde con todos los Pokémon 15 niveles por encima y el enfrentamiento habría sido trivial, pero una vez fui conocedor del reto ya no podía irme; tenía que hacerlo ya y si no lo hacía ya iba a estar todo el rato pensando en lo mismo sin disfrutar del juego. Así que me busqué la vida de formas muy ruines para cargármelo con las herramientas de que disponía ahí y ahora.
Y creo que la clave es ésa, la sensación de reconcome de dejarme una zona, un jefe, un puzle, un algo detrás e irte a hacer otra cosa, pero ser incapaz de dejar de pensar en lo que te has dejado sin hacer, y por consiguiente, ser incapaz de disfrutar del juego hasta que no te hayas quitado de encima el peso de lo que tienes que hacer (matizo, dejártelas atrás cuando son un muro, nada que ver con el completismo; dejarme atrás una zona porque no la he visto, o un puzle, o lo que sea, me la pela, la cosa es dejárselo por no haber sido capaz de pasarlo). Sin embargo, varios de mis amigos no tienen este problema. Cuando se topan con un muro grande, tienen facilidad para decir “ya volveré” y seguir disfrutando del juego por otras rutas, lo cual es también una virtud.