Yo aún estoy digiriendo la marcha de nuestro general en jefe, siguen cayéndome lágrimas viriles cada vez que me acuerdo de su retirada.
Espero engancharme de nuevo a otro tenista como hice con Rafa, pero su ausencia será difícil de suplir.
Aún así, os leo en las sombras, y me alegro de la vuelta al ruedo de nuestro camarada Lobo.