Cuando el tamaño te lo pone difícil, como a Sydney Sweeney: "Tengo las tetas grandes, es lo único que ve la gente"
ANA BRETÓN
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No es la primera vez que Sydney Sweeney, la actriz que a vida a Cassey en 'Euphoria' habla de cómo sus pechos afectan negativamente a su vida. El año pasado, de hecho, le decía al Washington Post que aunque se había sentido empoderada al aparecer desnuda en 'Euphoria', también había insistido a esconder el pecho en varias escenas, porque, "todo el mundo va a mirar mis tetas sin apreciar la escena por lo que está pasando'", explicaba entonces al periodista. Ahora, 'The Sun' publica unas declaraciones suyas según las cuales su exuberante busto estaría también perjudicando su carrera de actriz. "Tengo las tetas grandes y soy rubia. Es lo único que ve la gente". También ha dicho que está siendo "sometida al ostracismo" por el tamaño de sus pechos.
De Marilyn a Christina Hendricks, cuando el pecho marca
No hace falta tener una cultura cinematográfica de excepción para encontrar casos en los que un físico especialmente voluptuoso haya marcado la carrera de una actriz, empezando por la mismísima Marilyn Monroe. En 1955 le echó un pulso a la Fox, que ganó, porque estaba hasta las narices de hacer de rubia tonta: "Estoy cansada de los papeles en los que solo soy un objeto sexual. Quería ampliar mis miras como actriz. Las personas tenemos miras, ¿sabe?", le dijo a un periodista.
En 2015, la actriz de 'Modern Family' Ariel Winter se sometió a una operación de reducción de mamas por sus problemas de espalda debido al peso de las suyas, pero también porque, dijo, estaba "harta" de que se hablase de su escote. Otras intérpretes como Scarlett Johansson o Drew Barrymore también optaron por reducir el tamaño de su pecho llegado determinado momento de sus carreras.
Christina Hendricks ('Mad Men') también se sintió acosada y asqueada por la exagerada atención que su busto merecía por parte de prensa y público. En 2012, durante un acto promocional de una marca de gafas en Australia, la actriz se negó a responder a la pregunta de una periodista que se refirió a ella con la expresión 'full figured', que en inglés se usa para llamar a una mujer llena de curvas. Más tarde diría que le había parecido de una mala educación tremenda que se dirigiesen a ella en esos términos. Nosotras nos quedamos, y no para bien, con un detalle que no lo es en absoluto: que fuese una mujer quien se refiriese así a ella...
Como María Bellmonte escribía en su reciente reportaje Una semana sin sujetador, el pecho grande es siempre un hándicap: "Desde que empecé a trabajar he estado acostumbrada a que los hombres me miren las tetas cuando me los encuentro de frente (claro, porque en la espalda no tengo ojos. Ni pechos). Aunque acostumbrada no es la palabra... porque la verdad es que no llegas a acostumbrarte, y de hecho hoy me sigue resultando incómodo. ¡La cantidad de veces que me han mirado primero las tetas y luego, como con urgencia, los ojos! Y él (porque siempre es él) con una mirada primero como de sorpresa y después de culpa, en plan "ay, que se me ha escapado". Vamos, como cuando tienes una tía que luce una verruga en la nariz y viene de visita a tu casa y tu madre te dice: "Por favor, María, no le mires la verruga a la tía", y tú... pues eso, imposible, los ojos se te van irremediablemente al maldito bulto horroroso. Pues lo mismo, pero en tetas. Jefes, compañeros, repartidores, mensajeros, extraños... como abducidos por mis pechos. Y eso, llevando sujetador". Pues lo de Sydney Sweeney, lo mismo, pero a nivel planetario.