Y esto es lo que pasa cuando la política e ideología trascienden a lo deportivo. Se establece una disciplina olímpica, el Break Dance, y a falta de un sistema de calificación o marca objetiva, se pide a los países que envíen al mejor representante en la disciplina a nivel nacional con un criterio lo más profesional posible, entiendo. En este punto desconozco cual es el criterio más objetivo posible para determinar a un deportista, probablemente haya concursos nacionales en cualquier país industrializado donde se determinen los que objetivamente bailan mejor, pero no, Australia es un país en el que lo político o ideológico te puede convertir en un experto en el tema: Una tía que ha hecho un estudio sobre deslocalización de la mujer en las distintas etnias de Australia no debería ser calificada como una experta en breakdance, ni se plantea, pero cuando lo ideológico supera a lo deportivo lo lógico deja de tener sentido, y se ha considerado suficiente este hecho para calificar a la "deportista" como experta.
Lo peor de todo, lo más grave tras tremendo ridículo, es que la comisión australiana tiene la jeta de decir tras la polémica que lo ha hecho lo mejor posible y que de eso se trata, que ha hecho un enfoque artístico, con sentido, y se olvida de que estamos en una disciplina olímpica donde se tiene que ser técnicamente la mejor del mundo, porque da igual, para el comité australiano lo ideológico y la simbología es más importante que lo técnico y lo deportivo, porque es así como ha llegado a experta en la materia. Tal es el tema, que todavía defiende su postura, porque sigue pensando en el mundo en el que se mueve que lo artístico, la simbología, es lo importante incluso en un deporte olímpico, es que es tremendo. Es como si una pava se pone en gimnasia artística a hacer el monguer con un aro, olvidándose de la parte técnica, arrastrándose por el suelo, y luego tiene la jeta de decir que lo que hizo tenía todo un sentido profundo e ideológico y que no se ha valorado como se merece, cuando en cualquier disciplina olímpica, por mucho que lo artístico pueda tener un peso, hay unos criterios técnicos y deportivos de valoración. El resto, está escrito en mil memes.