Que las plantas cavitan y embolizan se sabe desde hace décadas. Que eso es consecuencia de diferentes estreses también. Que eso puede tener consecuencias fatales para la planta o rama, también. Que esa cavitación pueda medirse a nivel acústico también se sabe desde hace mil. ¿La novedad? Ninguna, que se midieron unas cuantas frecuencias más y, sobre todo, que al periodista le pareció algo nuevo para él en concreto al no haber leído nunca nada de fisiología vegetal.