QuentinTarantiros
Yo es que nunca, nunca hago personajes como soy yo. Precisamente, y más en un juego de rol, la puta gracia, la maravilla y la base de todo, está en interpretar a algo que no soy en la vida real, un rol distinto.
Y no solo en la apariencia, sino que en la personalidad hago lo mismo: suelo jugar como un auténtico maníaco agresivo hijo de puta, cuando en la vida real intento no cabrear a nadie y ser sosegado.
¿Para qué lo vamos a llamar juego de rol, si te interpretas a ti mismo? Menudo rollo.