No creo que nunca más se vaya a vivir nada ni remotamente similar. El impacto, no tanto a nivel de ventas -que vendieron una burrada de todas formas-, sino social, fue tal que sólo quedó después doble y triplemente demostrado por el efecto que causaron tanto Twitch Plays Pokémon como Pokémon Go. Se trata de una franquicia con un legado cultural y una trascendencia que va más allá de lo mensurable.
Para mí significó una gran parte de mi vida a la que todavía dedico una cantidad significativa de tiempo, si bien es verdad que me he ido desplazando cada vez más hacia las ediciones tradicionales haciendo de ellas mis ediciones principales para relegar a las más recientes a un segundo plano en el que simplemente disfruto pasándomelos -y ahodando, y profundizando, y completando la PokéDex y todo eso, pero dando prioridad a las clásicas-.
Actualmente mis ediciones más quemadas en este último año son el Esmeralda y el HeartGold, de hecho con este último tengo una partida en activo en la que me están pintando la cara tranquilamente en la mierda de la Fábrica Batalla.