Yo voy a decir una cosa a tanto patriota de pacotilla:
Si estás en Kuala Lumpur en el aeropuerto y oyes a un tío hablar catalán por teléfono con un tal Jordi, es que es español. Bien, vale, podría ser andorrano en el 0,2% de las veces.
Ahora, si oyes a un tío hablar español con un tal Jorge, puede ser mexicano, gringo, puertorriqueño, cubano, costarricense, hondureño, salvadoreño, nicaragüense, colombiano, argentino, paraguayo, chileno, uruguayo, boliviano, peruano, venezolano, dominicano, saharaui, ecuatoguineano e incluso filipino. Ah, y español, sí.
Lo más genuinamente español es hablar catalán a la vez que considerar que el nacionalismo (catalán, español o sinotibetano) no es sino un veneno protestantizante que no tiene cabida en nuestra civilización.