Argylle
¡Menuda tomadura de pelo! Esperaba con ganas la nueva película de Matthew Vaughn, pues la verdad es que se veía prometedora, pero desgraciadamente no ha sido así, estamos ante un bluf en toda regla.
¿Alguien me puede explicar qué narices ha ocurrido con los efectos especiales de esta película?, ¡madre mía!, es que no dieron una a derechas ni de casualidad, ¡son vergonzosos! y eso que éste suele ser precisamente uno de los fuertes del director británico. Ya el inicio del film es para arrancarse los ojos, el cgi durante toda la escena de la persecución, es directamente para colgar de los pulgares al responsable. Desgraciadamente la cosa no termina ahí, el gato digital es una constante durante gran parte del film. ¿Tan difícil era filmar a un gato de verdad? De todas formas, nada de todo lo anterior es lo peor de la película, lo peor está en dos escenas que no se cree nadie, ¡nadie!, ¡¡¡nadie!!!:
1.- La escena del pasillo, al final del film (no me extrañaría nada que dicho momento hubiera estado patrocinado por Sony):
2.- El momento patinaje... ¡buf!, sinceramente es para apagar la tele y acto seguido llamar al psiquiatra más cercano. Dejando a un lado el pésimo cgi de estas dos mencionadas escenas, lo peor no es eso, lo peor es que nadie se cree que Bryce Dallas Howard pueda hacer semejantes piruetas con el estado físico de vaca-lechera en el que se encuentra. ¿Por qué no se puso en forma para la peli? y si eso no era posible, pues oye, se ficha a otra actriz que sí dé el pego en las escenas físicas. Es un total y absoluto desastre.
Por otra parte está un guion con una premisa absurda, pero bueno, también es verdad que tiene sus chistes y los actores lo hacen bien, especialmente Sam Rockwell.
Por lo general, las escenas de peleas están chulas.
No me extraña nada la hostia tan grande que se ha pegado en taquilla (200 millones de presupuesto, frente a 92,8 de taquilla global), ¡se lo merece!
Nota: 4/10