Estimado plebiscito, venerado pueblo que me sustenta.
Heme aquí, sufrido y taciturno, meditabundo, pues no podré vislumbrar el ardor guerrero pleno en pábulo, insuflador del espíritu heroico ante las adversidades de la vida, que me depara el embriagarme del espectáculo de Dragones y Mazmorras: Honor entre cabrones.
Anhelo perderme en ella; mas de momento, como preámbulo a mi honrado pago monetario futuro para solazarme en pantalla enorme, preferiría verla por Medios Próximos, Muy Pronto, Mayormente Premurosos.
Prometo y me comprometo a compensar tal Movida Polémica mediante la remuneración futura en cuanto me sea posible, incluso invitando a su circense experiencia en comuna a otros seres humanos.
Pero, de momento, para alimentar la fragilidad de mi alma tan implorosa de esta ambrosía anímica que todos necesitamos a veces para satisfacer nuestras melancolías y salir adelante en la vida, muy grato me sería el poder adelantarla este finde. Será una inversión moral y monetaria a fondo temprano, prometido con la mano sobre mi manual de Reinos Olvidados.
Sean ustedes tan compasivos de intuir de qué Métodos Posibles se me podría obsequiar con tal cercana experiencia. Deo gratias por ello, Mis Panas.
No se arrepentirán, Misericordiosas Personas.