Si hubiesen usado a reflotes para ilustrar la "toxicidad" masculina de las redes sociales en uno de estos panfletos, tampoco os gustaría.
No me llama el coleccionismo de juguetes, y es cierto que hay que tener un lado ñoño para disfrutar de este hobby, pero el perfil psicológico con el que describen a esta peña es algo presente en grupos poblaciones más generales.