Me parece un invento chulo, pero con más aplicaciones en el mundo de la medicina o la gastronomía, por ejemplo, que en los videojuegos. No se me ocurre qué juego querría saborear. Sólo se me ocurre que juegos NO querría. Y más con las limitaciones actuales de sabor del dispositivo. Si algún día consiguen que esos se pudieran combinar para generar otros nuevos, con un X% de cada uno de los nombrados en el artículo, esto podría ser un pepinazo.