Una de mis misiones en la vida es humillar, públicamente y en persona, a ser posible, a cualquier poser de mierda.
Lógicamente, como una de las herramientas más usadas por los posers es el lenguaje, pues se trata de una herramienta que, a diferencia del resto, puede lucirse en cualquier momento sin preparación previa más allá de ser subnormal, la inmensa mayoría de las humillaciones que he acometido en público tienen que ver con algún o alguna imbécil usando este tipo de términos de mierda salidos del borreguismo.
Lo que no aguanto, sobre todo, es cuando alguien usa un vocablo sólo porque ese vocablo se ha empezado a usar. Por ejemplo lo de AOVE de arriba. Tengo edad suficiente para saber que nunca, nunca jamás, se ha usado esa palabra. Si, de repente, pese a no haberla escuchado en 31 años, la escucho 7 veces, de 7 personas distintas en el último mes, sé que se debe al borreguismo.
Así que, cuando coincido con un borrego de estos, que es raro, pues cada uno tenemos nuestro círculo de amigos ya establecido, hago todo lo que estoy en mi mano por humillar a esa persona. Y me propaso. Bastante. No tengo ningún tipo de vergüenza y se nota que mi intención es la de humillar, pero me nutre, me alimenta, humillar a los posers.
Dígase posers, mancos, falsos frikis...?? Toda esa categoría de gente. No odio nada más en este mundo, y mira que me parecen lacra los políticos, que la gente poser. Es lo peor que existe, el peor estereotipo. Son basura putrefacta, hórrida, mórbida, versiones apócrifas, estertóreas , deleznables, agónicas e hijas de puta de lo que es ser un ser humano en condiciones.