Bailey, María, Rachel, Elijah y Ronan
King y Esclavo lideran al grupo hacia el interior del bosque, sus hocicos pegados al suelo mientras husmean con cuidado. Sus movimientos son ágiles y precisos, guiados por su olfato. El grupo avanza detrás de ellos en formación.
Ronan camina en silencio, acariciando el pomo de su espada como si la sola idea de un combate pudiera apaciguar su mente. A su lado, María avanza con una fluidez casi sobrenatural, su ceguera apenas un obstáculo mientras se deja guiar por algo más profundo que la vista. Rachel, abrazada a su guitarracha, lista para convertir el peligro en melodía. Elijah, con la red tensa en sus manos, avanza con precisión, preparado para atrapar cualquier sombra que se cruce en su camino. Cerrando la marcha, Bailey, con sus cuatro orejas moviéndose como radares, se detiene cada pocos pasos, alerta a cualquier sonido sospechoso entre los árboles.
La atmósfera del bosque parece crecer más densa, cada crujido de rama y murmullo del viento añadiendo un toque de misterio al avance. Los cánidos, que hasta ahora han mantenido un ritmo constante, de repente se detienen frente a un claro. King ladra dos veces, sus orejas levantadas mientras Esclavo se queda en silencio, olfateando con intensidad.
El grupo se detiene al unísono, sus miradas clavándose en lo que los perros han encontrado. Ante ellos, un enorme árbol, sus ramas retorcidas extendiéndose como dedos amenazantes hacia el cielo. Al pie del tronco, el coletero de Milly yace en el suelo, empapado en lo que parece ser… un charco de sus orines.
Sin embargo, antes de que puedan decir algo, King comienza a aullar con insistencia, esta vez girándose hacia la derecha. Su cola rígida y su postura tensa indican que el rastro continúa en otra dirección.
Ahora tenéis otra acción. Decid qué hacéis en un spoiler como el mío. Para los miembros del grupo.