Bailey queda sorprendida por la emboscada, pero también alerta gracias a la advertencia de María. Los enemigos parece más sorprendidos aún, apenas procesando que su emboscada ha fallado mientras que Bailey ya está desenvainando su espada al tiempo que mira alrededor. Los enemigos junto al comerciante están lejos, y aunque la ponen nerviosa porque puede ver que están rodeados, la rubia entiende que lo primero es lo primero: los enemigos más cercanos han de caer.
De modo que va a por el primero que encuentra, centrando su atención un enemigo oculto tras un arbusto. Bailey corre y levanta su espada en el aire, antes de blandirla contra su adversario de un grito.
(mueve 1 suroeste, 1 sur, ataca al enemigo)
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