King corre como el viento.
(Mueve 1 oeste, 3 noroeste, 3 oeste)
Bailey, con la espalda abierta por el tajo y desangrándose que da gusto, se apoya sobre la guarda de su espada mientras jadea y palidece, y mantiene vigilado de forma discreta al comerciante. No es que desconfíe de él, sobre todo después de salvarle la vida, pero no está el mundo para invitar a beber.