Todos menos María y Pizz
Thorian se encoge de hombros con una media sonrisa mientras responde: “Celyne es... como es. Un misterio y una amistad peligrosa, pero también alguien cercano a Kameron. Hicimos algún trabajo para ella en el pasado.”
Hace una pausa, su expresión se vuelve un poco más pensativa antes de añadir: “Aunque, para ser sincero, nunca he sido de su agrado. Supongo que no puedes gustarle a todo el mundo.”
Termina con un sorbo de su bebida, como si el tema no mereciera más análisis, pero su mirada sugiere que sabe mucho más de lo que está dispuesto a compartir en ese momento.
La conversación en la taberna toma un giro inesperado cuando Lady Morwen y el elfo oscuro se levantan con elegancia de la mesa. Con una inclinación apenas perceptible hacia la joven de cabello dorado, se dirigen al exterior. Desde una esquina en penumbra, dos guardias con armaduras decoradas con los colores de Daggerford emergen de las sombras, siguiendo a la pareja en silencio mientras guardan sus espaldas.
Mientras tanto, la dama de cabello dorado y su imponente guardaespaldas aasimar se levantan. La joven se despide de Celyne, quien permanece sentada, inmersa en sus pensamientos, y luego ambas se dirigen con paso firme hacia la mesa de Percy.
“¿Percy Longbottom?” pregunta la dama con una voz clara y elegante que resuena en la sala. Su postura es impecable, y su porte irradia nobleza. “Entonces, debería llamaros hermano. Soy Mirabelle de Aguasprofundas, la hermana de Eloyse, vuestra futura esposa.” Su tono, aunque formal, tiene un deje cálido y seguro, como alguien acostumbrada a manejar situaciones sociales con gracia. La aasimar, a su lado, observa con atención, su rostro tan estoico como su armadura reluciente.
Percy, que hasta ese momento bebía tranquilamente su cerveza, da un bufido de incredulidad que resulta catastrófico. El contenido de su jarra vuela en un arco directo hacia la coraza de la aasimar, quien no se inmuta... aunque eleva una ceja con una expresión gélida que podría hacer temblar hasta al más valiente.
Percy se pone rojo como un tomate y tartamudea, “¡L-lo siento muchísimo! No fue mi intención, de verdad. Qué torpe...”
Mirabelle, sin perder su compostura, suelta una pequeña risa mientras saca un pañuelo de su bolsillo. “Oh, no os preocupéis, Sir Percy. Parece que vuestra primera ofrenda matrimonial ha sido... cerveza.”
La aasimar lanza una mirada rápida a Mirabelle, pero no dice nada. Percy, mientras tanto, parece desear que el suelo lo trague, mientras Vaughn y Primrose observan la escena con expresiones de pura diversión.