Pero si es muy fácil: vamos a darnos de hostias.
Dices que me matarías, ok, a ver si es verdad. La pillas por la calle y le dices bueno aquí estoy. Primer bimbazo en la boca y la dejas temblando. Antes de que se dé cuenta de lo que ha pasado, segundo trallazo. Se lo vuelves a recordar. Aquí estoy, venga mátame.
Empezará a llorar y a gritar y tendrá que ir gente a socorrerla, lo clásico, y ya te vas y dices bueno pues I Guess thats it.
Así se solucionarían todos los problemas de este tipo.