Amplío la noticia de la dimisión de Julio Guiu, ¿de verdad no queréis que Laporta y su directiva amateur sigan en el club? Mejor para el Madrid, la clave es que Tebas logre que sobrevivan y no les conviertan en SAD. Increíble como funciona el amic Jan:
https://www.eltriangle.eu/es/2025/01/10/juli-guiu-detona-otra-bomba-en-la-junta-de-laporta-con-su-dimision/
Juli Guiu detona otra bomba en la junta de Laporta con su dimisión
La dimisión de Juli Guiu, vicepresidente de Joan Laporta que hasta el cierre del acuerdo con Nike era uno de sus hombres de confianza, viene a reforzar la crisis directiva provocada por el caso Dani Olmo. De un modo significativo también es la confirmación de que en ese ecosistema nepotista, mediocre y paradigma de la improvisación que ha promovido Laporta cada vez es más difícil sobrevivir, ni siquiera respirar, si no se asume un rol de servilismo y obediencia sin matices del que Guiu se había desmarcado. O mejor dicho, del que había sido alejado desde el momento en que mostró su desacuerdo con que la figura de Darren Dein reapareciera de pronto para cobrar la mayor comisión como intermediario de la historia del Barça.
Guiu ya llevó bastante mal que, en el acuerdo con Spotify, el amigo del presidente, agente de jugadores de profesión, fuera el inesperado protagonista impuesto por la presidencia de una maniobra sorprendente e inexplicable que concluyó con una generosa comisión para Dein. Si aquel episodio ya fue escandalosamente analizado por sospechoso e injustificado, la repetición de la jugada en el cierre de la renovación del acuerdo con Nike directamente apesta.
Como lo relata el propio entorno directivo de Laporta, de nuevo fue Juli Guiu quien llevó el peso de las negociaciones con Nike hasta el punto en que, por las circunstancias y la desventaja provocada por el error y el pecado de soberbia de Laporta al presentar una demanda por incumplimiento, consideró que Nike ya había llegado al límite en las condiciones acordadas. En ese momento, Laporta le reprueba ese conformismo, lo aparta de la recta final y en su lugar él mismo se hace cargo de terminarla en compañía de Darren Dein. Por lo que ha trascendido, el acuerdo ya no avanzó en ningún aspecto, pero a ojos del presidente la compañía de Darren Dein debió ser recompensada con una prima de intermediación de 50 millones.
Guiu ya puso cara de pocos amigos en la asamblea donde se aprobó el acuerdo y le costó levantarse de su asiento cuando el presidente pidió un aplauso para quienes habían participado en las negociaciones, entre otros motivos porque quien lo había presentado a los socios fue Ferran Olivé, el tesorero, y no él, vicepresidente y responsable del cien por cien de alcanzar una paz final.
Si desde entonces venía aguantando ha sido, se supone, por ese sentido de la lealtad y porque, en el fondo, ser miembro destacado del palco azulgrana siempre viene bien para los negocios personales. El detonante ha sido, ahora, conocer de primera mano las condiciones de la venta de esos asientos VIP del nuevo Spotify que, aunque todavía no han trascendido, parece que encierran sorpresas, cláusulas y secretos más sospechosos y de extremo riesgo para el propio FC Barcelona. Juli Guiu no quiere ser cómplice de esa nueva treta financiera de Laporta que, en el límite o más allá, ha permitido volver a la regla 1:1 y salvar la vergonzosa situación de Dani Olmo hasta la cautelar, que no es sino una medida provisional, concedida por el Consejo Superior de Deportes (CSD).
Si esta dimisión tendrá consecuencias más allá de la mala imagen para el club y de lo que supone como refrendo de ese estilo caprichoso y totalitario de Laporta en la dirección del club, es algo que está por ver, si bien el resto de la junta sigue integrado por aduladores, palmeros y aprovechados a los que en el fondo ya les conviene que el presidente sea el centro de todo. En este sentido, pese a las tropelías y los desmanes de Laporta, la mayoría cobarde de la directiva sigue siendo eso, una tropa sin personalidad ni criterio en la que unos se han jugado su propio dinero y los otros, que no tenían ni para su parte de gastos de la campaña ni para el aval, tampoco tienen nada más que hacer ni otro modo de llevar una vida más o menos decente. Si hay que darle carta de naturaleza a cómo ha reaccionado Laporta ante este tipo de deserciones, como en su día las de Ferran Reverter (CEO), Jordi Llauradó (Espai Barça) y Eduard Romeu (Área Económica), es de prever que la vida seguirá igual dentro del Barça, con el presidente asumiendo más poder y atribuciones y con un vicepresidente menos. Le quedan tres: Rafael Yuste (área deportiva), hoy desacreditado por el propio Laporta; Elena Fort (área institucional), que tampoco cuenta para nada, pero ejerce de portavoz para los embustes oficiales; y Antonio Escudero (área social), que sigue felizmente desaparecido como tal.
PD: Florentino quiere cambios institucionales en el Real Madrid para que tenga más gestión privada, quizás le convenga un Barça que sea SAD, luego apoyar a Laporta... 🤔