Estos casos simplemente son una muestra más de la diferencia entre el hombre y la mujer, tanto a nivel biológico como social; lo segundo derivado de lo primero. Yo sé -no lo creo, lo sé- que si una profesora me hubiera pegado una sacudida en el rabo, lo último que me provoca es un trauma. Esto no implica que deba permitirse o que la individua en cuestión no esté como unas maracas, pero vamos, ya puede venir el mejor psicólogo del APA a contarme el gran problema que le ha causado al chaval, que no me lo creo. De hecho, se la va a pelar recreando esa situación hasta que termine la universidad.