A los sonidos de explosiones, y no, no es miedo a los ruidos fuertes en general como le pasa a mucha gente, a mí, yo qué sé, música a toda hostia en plan discoteca, un avión despegando, un martillo hidráulico.... Pues son sonidos fuertes pero me la suda tenerlos al lado; ahora, petardos o disparos ya sí que me empiezan a incomodar de manera bestia.
Y antes también tenía mucho miedo a las agujas, pero lo cierto es que con la pandemia y el haberme tenido que pinchar 2 veces les he perdido bastante el miedo.
Éstas han sido siempre mis dos fobias como tal, aunque como digo la de las agujas se me ha pasado un poco despúes de la pandemia, y bueno, la de los ruidos con el paso de los años también, de pequeño la noche de San Juan era como un perro de quedarme en una esquina temblando, ahora con que me quede encerrado en casa poniéndome una peli o jugando a algo ya la paso bastante bien.
Después tengo un par de cosas a las que no tengo miedo pero sí que respeto, que si las tengo que hacer las hago pero que preferiría no hacerlas.
La primera es volar, típico miedo a los aviones, que como digo en mi caso no es miedo, pero preferiría no hacerlo, y la segunda es meterme en el mar de noche, porque no, no tengo miedo al agua ni a las profundidades marinas como tal, pero de noche meterme en esa masa negra en la que no se ve nada y en la que no estoy del todo en control... Pues hombre, inquietud me genera.
Para acabar tengo algo que no sé si tiene nombre propio como tal pero que yo llamo "vértigo invertido", y es que tú puedes subirme al rascacielos más alto del mundo y pedirme que mire para abajo y sin problemas, ahora, estar yo a pie de calle al lado de ese rascacielos y pedirme que mire hacia arriba eso ya sí que me genera algo de inquietud, me da la sensación de como que el edificio se me viene encima y me sube un pelín la ansiedad.