El Raval es un barrio prolijo en murales feministas. Uno de ellos, situado en la calle Boria, alcanzó cierta notoriedad en 2019 por haber sido tachado por radicales, por lo que más tarde fue repintado. En concreto, la ilustración mostraba a distintas mujeres de relevancia histórica bajo el lema: "Libres, feministas y rebeldes". Y, como en otros similares de la zona, sus protagonistas pertenecen a distintas razas y religiones, reivindicando así el mural el carácter multicultural del barrio. Sin embargo, un sector de la población femenina de la zona está siendo discriminada por motivos religiosos y culturales ante la indiferencia de las instituciones de la ciudad, tal y como acaba de denunciar un colectivo de reciente creación: Per Elles [Por ellas].
Esta entidad, formada por profesionales del ocio socioeducativo del Raval que trabaja con niños en distintos centros públicos y privados del barrio, nace de un "sentimiento de impotencia y rabia, pero también de "esperanza". Y es que, tal y como relata en un comunicado, las niñas del barrio con las que trabajan están siendo víctimas de una "creciente vulneración de derechos". "De un tiempo a esta parte, estamos asistiendo a un retroceso de su libertad de elección (ropa, actividades escolares, libre circulación, parejas afectivas, amigos, etc…)", describen, señalando que esta discriminación se agudiza cuando las niñas comienzan la escolarización obligatoria de la ESO —esto es, al cumplir los 12 años—.
A partir de ese momento, los monitores revelan que a las chicas ya no se les permite disfrutar de las mismas actividades de ocio que a sus compañeros masculinos. Así, se ven excluidas de la «piscina, los campamentos de verano, danza, excursiones» y todo lo que quede fuera del ámbito académico obligatorio. Y Per elles no duda en apuntar a los responsables de ejercer este "control social". "Sabemos que esta vulneración es sistemática y que está sujeta a entidades religiosas concretas", señalan. (Y aunque no citan ninguna religión en concreto, todos los comentarios en redes asumen que es la islámica.)
Sin niñas en las calles
Y para no quedarse en descripciones genéricas, citan tres ejemplos del problema. En primer lugar, indican que a partir de los 12 años, la inscripción en extraescolares de las niñas baja radicalmente en relación a los niños, ya sea para cuidar a familiares, o para que no evitar que se mezclen con niños del sexo opuesto. En segundo, por cada niña apuntada a una actividad de ocio, encontramos a 4 o 5 niños —relación que pasa de 1 a 7 en el caso de las actividades acuáticas, en las que las niñas muestran más parte de su anatomía debido a la ropa de baño—. Por último, el caso más sangrante: "La no presencia de niñas en la calles y plazas disfrutando de sus relaciones sociales".
Ante semejante escenario, el colectivo se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Barcelona para que atajase tales discriminaciones por razón de genero. Pero éste, protestan, no ha ofrecido ninguna propuesta "seria" con el "pretexto" de la "libertad religiosa" o aduciendo de que es un tema "muy complicado". Asimismo, reprochan a Asuntos Religiosos carecer de interés en velar por la igualdad al tiempo que "cada 8 de marzo la ciudad se llena de lemas como "No estás sola". Así las cosas, la entidad demanda soluciones reales, que tengan en cuenta la experiencia de los trabajadores en contacto con estas jóvenes y que se aborda como un problema social y no individual. En este correo, [per.elles9@gmail.com](mailto:per.elles9@gmail.com), las niñas afectadas u monitores testigos de estos abusos pueden relatar su experiencia al colectivo.
https://www.vozpopuli.com/espana/cataluna/la-presion-islamista-ahoga-a-las-ninas-del-raval-recluidas-en-casa-al-cumplir-los-12.html