Pues la misma sensación agridulce que con el Barça cuando nunca vamos a hacer sangre.
A esta banda era para meterles una goleada histórica y devolverles el burreo de 2023, y seguramente habría sido así aún con los fallos de definición si en lugar de estar un cuarto de hora a verlas venir tras el 1-1, se hubiesen hecho los dos cambios telegrafiados. Este es el techo con Cheloki.
A ver qué nos inventamos para darle vidilla a la vuelta, que lo de ganarle en condiciones a alguien es pecado.
Por cierto, menudo sibilino es el Turpin este. Ya son unos cuantos partidos y no le recuerdo una jugada gris que barra para nosotros.