Por lo que se dice en un tweet (con fuente aunque creo que está en checo o yoksénosoy100tifiko), el juego costó alrededor de 41 millones de dólares, y tras las primeras 24h a la venta ya está empezando a dar beneficios.

Creo que esto deja patente que en la industria del videojuego actual hay un considerable problema sobre todo en los estudios norteamericanos, y esto viene a ilustrarlo de forma interesante otro nombre destacado de la industria: Raphael Colantonio, fundador y ex-miembro clave de Arkane Studios:
Básicamente, un punto a tener en cuenta es la diferencia salarial que hay en Praga respecto a la media en estados unidos, pero no sería lo único a destacar ya que aunque el salario fuese el equivalente, el presupuesto estaría lejos de dispararse a los 200-300M que se pueden ver fácilmente en muchos triples A, con lo que son otros factores que comenta por encima respecto a la cultura y actitud en Estados Unidos especialmente.
Visto cómo incluso la industria nipona confía en estudios internacionales para el desarrollo de sus juegos (Blobber Team para Silent Hill 2 es uno de los casos más recientes, pero también vemos cómo incluso Nintendo externaliza con estudios como la española Mercury Steam), y que el coste de desarrollo parece tener un gran impacto en estas decisiones debido a un nivel económico más bajo, el tema del desarrollo de videojuegos se encuentra en un punto que va más allá en lo socioeconómico, y especialmente en norteamérica parece que va a necesitar un cambio de paradigma para competir con lo que hacen estudios más económicos y no tienen nada que envidiarles en calidad o experiencia.
Mientras tanto, Warhorse Studio ha sacado lo que parece ser un juegazo, y aun con el coste que se dice que ha tenido, incluso se han permitido el lujo de dotarle de un doblaje al español cojonudo, al contrario de lo que otras multinacionales con más recursos hacen a día de hoy. Un brindis al equipo de Daniel Vávra, y una reflexión para el resto.