El objetivo de acumular coleccionables es divertirte acumulando coleccionables, sea por la satisfacción del control o por el elemento coleccionable, de eso va estos juegos. Los coleccionables (estrellas, puzzles, lunas, plátanos) son normalmente una excusa para interactuar con sus mundos: saltando, pequeños retos, minijuegos, rompiendo el mapa de diferentes maneras (es lo que trajo nuevo en este juego) o simplemente explorando. Son objetivos que te llevan de un lado para otro y es así desde N64, no es algo nuevo.
Es un poco lo que hacen los últimos Zeldas 3d con sus Kologs y santuarios, solo que ahí no funciona tan bien como en los plataformas por el ritmo y el tamaño. No es lo mismo tirarte media hora subiendo una montaña para encontrarte un Kolog que subir en 5 segundos a una montaña en este juego para encontrarte un plátano. Ni tampoco el género es el mismo, ni el enfoque del control, ya que en un plataformas el simple hecho de moverte por el escenario tiene que ser rápido, directo y satisfactorio, que simplemente te diviertas moviendo al personaje.
El elemento coleccionista es el que tira de este género desde siempre. Es lo mismo que, por ejemplo, Pokémon, concretamente los que juegan para completar la Pokedex en cada juego ¿para qué si lo único que te dan es un diploma y poco más? Por eso.
¿El uso real de estos coleccionables dentro de los juegos? Es bastante irrelevante si lo que te gusta es coleccionar, porque acabarás llendo a por todos y, por ejemplo un bloqueo por número, te dará igual. De hecho es interesante lo que hace este juego (y diría que único) que es usarlos para mejorar al personaje y así modular la dificultad como quieras.