El País Vasco de 2025 dista mucho del que imaginaron los nacionalistas que soñaban con Euskal Herria, esa Arcadia feliz que incluía a Navarra y que estaba separada de España. Sin independencia, con una población envejecida y con cada vez menos vascos autóctonos, la sociedad vasca se ha convertido en un erial. Esa es la radiografía que hace el Observatorio Demográfico CEU-CEFAS en su informe Demografía vasca: de Euskal Herria a Euskal Erial, hecho por los demógrafos Joaquín Leguina y Alejandro Macarrón, que proyectan un futuro sombrío si no repunta la natalidad.
El estudio recalca que los vascos autóctonos son los españoles que más han envejecido, y su edad media ha crecido 23 años en apenas medio siglo, pasando de 29,2 años en 1977 a 51,9 en 2025. Las razones son que la natalidad ha caído en picado, con una tasa actual de 1,24 hijos por mujer, lejos de los 2,1 necesarios para que una población se mantenga, sin disminuir su volumen. El informe advierte de la «desertificación humana» por el desplome de la fecundidad, agravado por el «éxodo vasco», y de una creciente sustitución demográfica por inmigrantes extranjeros.
Los autores recuerdan que en 1975, en vísperas de la Transición a la democracia en España, el País Vasco gozaba de una demografía «espléndida» debido a su fuerte vitalidad económica, que le permitía atraer población de toda España, especialmente entre 1950 y 1975. La tasa de fecundidad estaba entonces allí por encima del nivel de reemplazo –también era mayor que la del resto de España–, y los nacimientos superaban por mucho margen a las defunciones. Las edades media y mediana de la población eran las propias de una sociedad joven y con alta fecundidad.

La población nativa española de entre 20 y 39 años ha caído 4,5 millones en dos décadas
Éxodo vasco e inmigración
Sin embargo, el panorama ahora es muy distinto. Los últimos 48 años habrían sido «pésimos» para la demografía vasca, y para el peso económico de esta región en España. A partir de 1977 se produjo un desplome en vertical de la fecundidad, el más acusado de España en los 25 años siguientes a la muerte de Franco. A ello se unió la marcha de mucha gente, principalmente en los llamados «años de plomo» del terrorismo etarra, éxodo que continuó en las décadas subsiguientes, si bien de forma menos intensa. Desde 1977 se han ido del País Vasco unas 180.000 personas en números netos, suma equivalente al 9% de la población vasca al comienzo de la Transición, y un porcentaje superior entre los adultos jóvenes y de mediana edad.
En los últimos 20-25 años el declive demográfico de los vascos ha continuado, al tiempo que ha llegado una notable masa de inmigración extranjera. Actualmente, los nacimientos de madres vascas son menos de la cuarta parte de los que había en 1975-1976, y los de madres inmigrantes son la tercera parte del total; hay muchas más muertes que nacimientos; y la población de la Comunidad Autónoma Vasca ha sido la que más ha envejecido en el último medio siglo de todas las comunidades autónomas.
Por provincias, la más afectada por el declive demográfico ha sido Vizcaya, seguida de Guipúzcoa. En Álava el deterioro ha sido algo menor, porque ha atraído población de las otras dos provincias vascas y por la llegada de más inmigración foránea, incluyendo muchas personas de raíces musulmanas. Asimismo, la soledad en el hogar se ha disparado en la Comunidad Autónoma Vasca en las últimas décadas, más aún que en el resto de España, partiendo de hogares más poblados y de menos gente viviendo sola que en el resto de España en los últimos años del franquismo. En definitiva, en el plano demográfico, los últimos 50 años, «salvo por la esperanza de vida, que ha tenido una evolución muy buena, han sido desastrosos».
Sociedad post-vasca multicultural
Por lo expuesto, los autores creen que el futuro pasa por una sociedad post-vasca multicultural si no se corrige la inercia demográfica de los últimos diez años: «El País Vasco está abocado a menguar en población y a que envejezca en promedio más la que vaya quedando, salvo que repunte con fuerza la natalidad, o que sigan llegando de forma continua inmigrantes en gran número, con las dificultades de integración que tal cosa implica». Pero esto último no remediaría la «tendencia a la extinción del pueblo vasco, que sería sustituido en su tierra por una amalgama multicultural, o por nadie si no sigue llegando inmigración foránea en masa».
El estudio vaticina que los inmigrantes serían mayoría en el País Vasco a partir de 2045, y varios años antes ya lo serían entre los menores de 50 años. Hacia 2065, a este mismo ritmo, sería casi el 70% de la población vasca. Todo esto si no se revierten las actuales políticas migratorias y se sigue despreciando la natalidad.
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