Enhorabuena por el logro. Como bien dices, el trabajo en sí no es tanto en términos de tiempo, y menos si uno disfruta haciéndolo como pasatiempo, pero la constancia y el compromiso con este y tus otros proyectos es admirable. Espero que la cosa vaya bien y el libro te dé al menos el suficiente rédito para mantener viva la motivación. A veces nos basta con hacer las cosas para disfrutarlas uno mismo y para compatirlas con los que tienes cerca. El dinero y el renocimiento social nunca están mal, pero a nivel personal creo que es secundario.
Yo estoy a medias con un relato corto que trataré de publicar en forma de cuento. Verte dar el paso me anima más a terminarlo, aunque al ritmo que voy quizás me muera antes. Con la fotografía o el dibujo no me pasa, pero mi talento con las letras depende de que se me aparezcan la Virgen María y San Francisco de Sales los días que tengo tiempo y energía para ello. Tengo que estar en un estado mental muy concreto para ser capaz de escribir de la forma que me gusta. Si no, directamente no lo hago porque sé que voy a poner palabras una detrás de otra sin implicarme emocionalmente con ellas. Digamos que tengo muy claro lo que quiero contar, pero me gusta reconocerme en las cosas que escribo cuando las vuelvo a leer. Además, como soy subnormal y me gusta complicarlo todo, en este relato estoy mezclando prosa y verso porque el protagonista es un poeta, y me meto en unos atolladeros de los que a veces me cuesta horrores salir. Cambiar palabras para no repetir o modificar la estructura de una oración manteniendo la misma idea no es tan fácil si encima tiene que rimar. Creo que nunca había usado tanto el diccionario como hasta ahora 😆
Tanto me cuesta avanzar, que terminé por subir el texto a Google Drive para tenerlo siempre a mano en el teléfono. Cuando hago deporte, estoy aburrido en una reunión de trabajo, en la cama antes de dormir o subido en un medio de transporte es cuando me vienen más ideas. Así que gracias a ello voy escribiendo párrafos poco a poco. Ya ha llegado el punto que ni en casa me siento frente al ordenador. Cojo el teléfono y me dedico a pasear por los pasillos mientra escribo. Lo importante es avanzar poco a poco y esa es la única manera de forzar las apariciones divinas.
Hace años terminé el texto y un borrador de las viñetas para una novela gráfica (bastante más novela que comic), la cual tengo intención de plasmar algún día. Aquella época era bastante más rutinaria, por lo que era mucho más fácil mantener la disciplina de avanzar todos los días un poquito. Ahora con tres niñas pequeñas con suerte consigo sentarme un minuto a descansar la mente, porque para el cuerpo ya no hay descanso posible. Otro problema que tengo es que soy muy noctámbulo. Mi cerebro se pone creativo a partir de las 20:00 hasta que el sueño le vence. Obviamente, esto es bastante incompatible con los horarios de un hogar estructurado. Supongo que la cosa mejorará cuando mis hijas sean mayores y salgan de fiesta. No tendré problemas con eso de esperarlas despierto hasta que lleguen a casa. De hecho, mientras más tarde vuelvan, mejor 😂