La solución es bien sencilla: castigos y penas ejemplarizantes. Quién venga aquí a hacer el imbécil, de vuelta a casa o a prisión una laaaarga temporada. Y, por supuesto, en prisión trabajando para pagar su manutención.
La buena gente de una sociedad, la gente común y honrada como tú y yo, no debe sufrir ni sentirse insegura. Y menos por gente que viene de fuera. Que yo voy por la calle y me quita el móvil o me pega un moruzo ilegal, pues a tu país o 10 años de prisión. Yo no voy por la calle robando y jodiendo al prójimo.
Así los marroquíes y, en general, los inmigrantes que vienen a ganarse la vida y a formar una familia, no se verían representados por toda la chusma que dejamos campar a sus anchas. Es un win win de manual.
Incluso si eres ilegal pero no delinques, pues oye, tampoco me importaría, la verdad. Al final hay gente que huye de sus países para ganarse la vida (aunque claro, si vienes sin trabajo y esas cosas favorece que luego puedas delinquir). Pero lo que no puedes hacer es estropear y aprovecharte de una sociedad pacífica como la nuestra.