SOS hostelero en Málaga con 6.000 vacantes sin cubrir: "De diez candidatos en paro, ninguno se presentó a la entrevista"
MARTIN MESA
6-8 minutos
Como cada año en temporada alta, el ritmo de trabajo en restaurantes, bares y cafeterías, especialmente en los del litoral, se vuelve frenético. Hay más clientes, sí, pero también hace falta más personal. Solo en Málaga este mes de agosto se estima que serán necesarios entre 5.000 y 6.000 empleados extra para atender las necesidades del sector. Sin embargo, hay déficit de mano de obra, sobre todo de profesionales cualificados, señala el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (MAHOS), Javier Frutos, de manera que muchos de estos huecos los cubrirán estudiantes que una vez pase el verano regresarán a las aulas. La otra opción a la que se ven abocados los establecimientos hosteleros ante la falta de personal es a ampliar las horas de cierre.
Desde hace algo más de dos años se viene observando una tendencia al alza en cuanto a las contrataciones y los números hablan de 100.000 trabajadores de media al mes durante todo el año, con picos que van a superar los 115.000 empleados en agosto. Esto supone alrededor de un 3% más de contrataciones que en el mismo periodo del año pasado. "Una noticia muy positiva", ha dicho el presidente de la patronal hostelera.
Las necesidades aumentan y las contrataciones, también. Y mientras el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) tiene inscritos a 20.000 demandantes de empleo que buscan trabajo en hostelería y restauración, la falta de personal cualificado sigue siendo evidente y los puestos de trabajo ofertados por muchas empresas se quedan vacantes.
Estrella Michelín
La experiencia del estrella Michelín malagueño José Carlos García va en esa línea. La última vez que en su restaurante necesitaron contratar personal "solicitamos al paro candidatos tanto para cocina -donde se requería que tuvieran una formación básica- como para sala -donde pedíamos un mínimo de inglés- dado el carácter internacional del local", explica a EL MUNDO.
Desde el SAE les facilitaron diez candidatos con un perfil que se ajustaba a sus necesidades, pero "ni siquiera se presentaron a la entrevista", comenta. Al final, ha seguido los pasos de otros compañeros del sector y ha salido a reclutar fuera de España. "No es la vida más fácil ni la más deseada, pero a veces puede ser la única", aclara.
Esta carencia de trabajadores formados no es exclusiva de la industria turística, señala el presidente de los hosteleros, y en esto coincide con la delegada de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía en Málaga, Carmen Sánchez. Se trata de "un problema estructural" que afecta también a otras áreas de la economía como el transporte, la construcción, la logística o la agricultura.
Los desempleados
La realidad es que muchos jóvenes no ven en la formación en este sector una salida profesional. Llama la atención, dice la delegada, que a muchos de los desempleados inscritos en las listas del SAE en hostelería cuando se les ofrece formación en esta materia te contesten con un "yo no voy a invertir dos años de mi vida para trabajar de camarero". La formación que se oferta desde la Administración pública, muy lejos de suponer una pérdida de tiempo, permite acceder a puestos de trabajo como sumiller, jefe de cocina o de sala, que están muy bien remunerados y cuentan con buenas perspectivas de futuro, asegura Sánchez.
Si hay puestos de trabajo disponibles y hay personas desempleadas, ¿por qué no se cubren las vacantes? ¿cuál es el motivo?
Son muchos en los que prevalece la idea de que la hostelería es un mundo difícil que no deja opción para disfrutar de la vida personal y familiar cuando la realidad es, según la delegada de Empleo de la Junta, que se ha producido "un cambio sustancial" en la hostelería y ahora es mucho más fácil conciliar lo personal con lo profesional.
La sociedad ha cambiado mucho, añade a este respecto el presidente de MAHOS, y los jóvenes de hoy ven las cosas "de otra forma", ya no prima "la cultura del esfuerzo" que imperaba en el pasado y se prioriza mucho más el ocio que el trabajo, precisa. Sin duda, hay que encontrar el equilibrio entre tiempo libre y ocupación laboral, concluye.

La delegada territorial de Empleo de la Junta, Carmen Sánchez, junto al presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, Javier Frutos, tras una reunión, con representantes del sector.EL MUNDO
"No se trata de echar más horas de las que correspondan pero si de hacer un pequeño sacrificio" y ser conscientes de que "a lo largo de los años las condiciones irán mejorando, como ha pasado toda la vida" y como ocurre en otras áreas laborales, comenta el portavoz de los hosteleros malagueños, que recuerda que es necesario un periodo de aprendizaje y adaptación. En esta, como en cualquier otra profesión, no se empieza ni con el cargo ni con el sueldo de director general.
Mejoras salariales
Con una subida del 14% en 2024, "la hostelería está viviendo la mejor época que se ha vivido en cuanto a salarios", ya se trate de cocineros o de camareros, recalca Frutos, que no olvida que en esta industria existen 'handicaps' importantes como los horarios o la misma manera de trabajar.
Por otro lado, está la imagen negativa que se asocia a este sector laboral cuando desde el punto de vista del desarrollo personal y profesional -señala el presidente de MAHOS- "es muy atractivo" y ofrece muchas posibilidades.
"Hay que desechar la idea de que se paga mal y se echan muchas horas", dice Frutos, que insiste en que en hostelería se cobra según el convenio salarial y el de Málaga es precisamente uno de los tres más altos de España.
Conciliación
Sin embargo, Comisiones Obreras (CCOO) insiste en que "para los jóvenes no es atractiva la hostelería" algo de lo que, aseguran, llevan "avisando mucho tiempo" . "No son tanto los salarios como las condiciones laborales lo que echa para atrás", indica la responsable de Hostelería del sindicato en Málaga, María Luisa Expósito.
Actualmente un camarero o un cocinero de un hotel de cuatro estrellas cobra por convenio unos 1.560 euros brutos (1.200 euros netos mensuales), mientras que el sueldo de un jefe de cocina, de sala o de un sumiller está en torno a los 1.700 o 1.800 euros mensuales. Sin embargo, como se trata de perfiles muy demandados, sus salarios se pactan por encima de convenio, aclara Expósito.
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En provincias como Málaga, a la cuestión salarial y a las condiciones laborales como el impopular horario partido, se suma el coste del alojamiento y la falta de transporte para llegar hasta el lugar de trabajo.
Si no se dispone de vehículo propio, hay que optar por vivir cerca del trabajo y el precio del alquiler de una vivienda en una zona céntrica de la capital ronda los 700 euros y sube hasta los 900 en municipios como Marbella, siempre y cuando uno logre que se lo alquilen para todo el año. Por este motivo muchos empleados de hostelería se ven obligados a compartir piso e incluso, a vivir en caravanas a las afueras de la ciudad.
Fuente:
https://www.elmundo.es/economia/2025/07/25/6881f049fc6c83c83f8b4580.html