[desconocido] Supongo que preguntas en qué te vale todo eso ADEMÁS de para subir los sueldos, que entiendo que ha quedado claro que pasaría, en mayor o menor medida. Pues mira:
Primero, que ahora veas bares por todas partes no significa que todos sean viables o estén en condiciones de pagar mejor. Muchos están aguantando por pura inercia, con márgenes mínimos, tirando de jornadas interminables y contratos precarios porque no les da para más. Si la presión fiscal baja, no se trata solo de que se abran más bares, sino de que los que ya existen puedan respirar, invertir y ofrecer algo más decente para retener personal, en lugar de exprimirlos para sobrevivir. Es como regar una planta seca: no aparecen más hojas de la nada, pero las que hay dejan de marchitarse.
Segundo, la competencia entre empleadores no es solo “bar contra bar”. Si hay más actividad económica porque los negocios tienen más margen, sectores que ahora pagan mejor, como hostelería en hoteles, catering para eventos, turismo de más nivel, incluso logística y transporte asociados, empiezan a tirar de camareros también. Y cuando tienes opciones fuera del bar de la esquina, aunque sea otro sector parecido, el bar de la esquina se ve obligado a igualar o mejorar para que no te le vayas. Ya pasa, por ejemplo, cuando se acercan temporadas altas en hoteles: de repente muchos bares suben un poco las condiciones para no quedarse sin plantilla.
Tercero, aunque el dueño del bar se gaste su ahorro fiscal en “gilipolleces” como comprarse un coche nuevo, reformar su casa o irse de vacaciones, ese dinero sigue moviéndose y acaba generando empleo indirecto. Por qué te beneficia a ti si no te lo da directamente? Porque si el mecánico del coche, el albañil o el recepcionista del hotel tienen más trabajo y más sueldo, también tienen más dinero para ir a tu bar, o para consumir en otras cosas que terminan generando más curro en general. Es un efecto en cadena: el dinero que circula por la economía tiende a multiplicarse, el que se queda estancado en impuestos muchas veces tarda años en volver a tu bolsillo, si es que vuelve.
Y por último, lo de “degradar condiciones para bajar precios” solo pasa si hay más oferta de bares pero no hay demanda suficiente para sostenerlos. Si baja la carga fiscal, los precios pueden bajar sin que el margen se hunda, y eso atrae más clientes. Más consumo significa que hay menos guerra de precios a la desesperada, y por tanto menos necesidad de recortar en personal.
En resumen, no es que una rebaja fiscal convierta de golpe a todos los jefes en santos, pero sí cambia las reglas del juego: más margen, más actividad y más competencia real por los trabajadores, que es lo que al final te mejora la vida.