Lo único que me echa algo para atrás es que por lo que he visto el juego es más un plataformas de acción arcade enfocado al actual paradigma del mercado del videojuego (juegos que deben de ser posibles de pasar por cualquier presona para justificar su gasto), desafiante, pero con miedo a ir más allá y ser directamente discriminatorio, como lo eran los originales en una época en la que, también es cierto, los videojuegos se entendían como productos que adquirías -o te adquirían, o te prestaban- pero el pagarlos no te daba el derecho a terminarlos; sólo a jugarlos. El resto era cosa tuya, pero no una garantía.
Es interesante ver cómo con el paso de los años y la propagación de la industria del videojuego, a día de hoy es inconcebible para el consumidor pagar por un producto y que no termines de pasarlo, pero antes cuando te hacías con un juego no tenías ninguna garantía de llegar a terminarlo, sino que jugabas con la idea en mente de ver qué tan lejos llegabas y diría que hasta casi partías de la asunción, por defecto, de que no lo ibas a acabar.