Cae la noche cerrada...
El cenayuno acaba y los hermanos se dispersan, en el ambiente flota una sensación rara, de poca cohesión. La grieta en la seguridad de la casa era algo muy preocupante, la mansión era como un templo para ellos en el que podían recuperarse de las heridas sufridas durante la lucha contra los restrictores, pero había sido profanado. ¿Era seguro seguir durmiendo allí cuando llegara el amanecer? ¿Podría Catronia o quien fuera volver a herir a Zsadist la próxima vez que se quedara dormido? ¿Podría herir a alguien más?
Vishous y Wrath se encuentran en su despacho reunidos hablando de algo que solo a ellos atañe.
Zsadist y Phury se dirigen al Zero sum.
Iam, una de las sombras de Rehvenge y también Sympath como él, les permite la entrada, ya son viejos conocidos.
Cuando entran en el pub observan como cada noche gente bailando, vampiros y humanos restregándose como animales en celo, la música alta y el alcohol y otras sustancias a la orden del día.
Trez vigila desde el interior que nadie se pase de la raya.
El despacho de Rehvenge se encuentra al fondo, Xhex, camiseta negra sin mangas y pantalones de cuero, está en la puerta del despacho con cara de pocos amigos.
Rhage se dirige a casa de Eve, un apartamento en una zona acomodada de la ciudad, ella abre la puerta, el apartamento es muy moderno, parece casi futurista, hay luces led violeta iluminando tenuemente el salón, una mesa en el centro y sofás alrededor.
Su amiga Kendra ya se encuentra en el interior tomándose una copa. Eve se ha cortado el pelo a la altura de la mandíbula pero su color sigue siendo el mismo, rosa chicle, no era de las que les gustaba pasar desapercibidas. Kendra tenía una belleza más natural, era morena de piel y tenía el pelo rizado con mucho volumen. Saluda desde el sofá.
Cuando Rhage cruza el umbral de la puerta, Eve lo mira de arriba a abajo.
—Oh, Holly, no sabes cuánto te hemos echado de menos—le dice con intención tocándole el trasero.
Notas que ha tomado algún estimulante, podría ser una droga.