Poner un cacharro más potente al lado de la tele ya no me emociona. Tiene que haber alguna innovación para que realmente tenga expectativas.
En los últimos años, lo que más ilusión me generó fue cuando pille la Switch, porque me flipaba el formato híbrido y nunca tuve una portátil más potente que la GBA, y después las Meta Quest 3, mi primer visor VR.
Además con las consolas me pasa que si los tiempos de desarrollo se alargan tanto y las generaciones duran lo mismo, acabo con consolas sin ni un solo juego propio de sagas que me gustan.