Como ya comenté en su día en pacotes, empecé a ver con mi hijo The Office el verano pasado, ya vamos por la temporada 8, la primera sin Steve Carrell y la verdad es que los 4 episodios que llevamos sin él, se nota bastante.
Incluso en las siempre surrealistas actitudes y acciones de los protagonistas se nota que se les ha ido la mano, por ejemplo, en el episodio de la fiesta de Andy en la granja de Dwight no tiene ningún sentido (¿Jim escribe todo un libro y se lo vende a Dwight para hacer el subnormal en una fiesta?), y James Spader la verdad es que no lo hace mal, pero claro, no es lo mismo, está muy lejos de tener un carisma mínimamente parecido a Carrell.
De momento seguiremos viéndola, pero...