Una de las mayores mierdas que he tenido la agonía de escuchar, perteneciente a la época del tunning, la época más decadente de la historia de España para alguien nacido entre los 80 y los 90 en el mayor acervo musical patrio residía en grupos y/o vocalistas de putísima mierda como Melendi, Estopa, Fito Páez, Andy y Lucas o grupos que seleccionaban como nombre Extremoduro pero que ni eran extremos, ni eran duros, y jamás sabremos si se podrían haber acercado a un Billy Talent o Dark Moor porque para eso su vocalista tendría que haber intentando cantar alguna vez, y no hacer el amago que hicieron en esa época todos los putos vocalistas españoles -gracias Camilo Sesto por venir de otra época y no subirte al carro-, siendo su mayor referente el subnormal de El Canto del Loco, de modular la voz para parecer que estaban o drogados o corriéndose, oscilando entre una voz impostada totalmente nasal o una voz retraída y ronca con regusto a Malboro.
Mi mayor satisfacción en el día de ayer fue que se me acercara uno a decirme que menudo homenaje le estaban haciendo, preguntarle quién, decirme que al pavo éste y responderle ni idea, no me gusta.