Todo comenzó con el anuncio del cierre de servidores del mítico Battlefield Bad Company 2. Tras casi 700 horas de juego, mi primo no había logrado sacarse el platino a falta del trofeo ¿TU TAMBIÉN, BRUTO?, que consiste en matar a un amigo 5 veces con el cuchillo. La dificultad reside en que tus amigos siempre caen en tu mismo bando, así que el trofeo es bastante más difícil de lo que parece, pero nos dijimos, ¿Por qué no?
Así que se compró una copia del juego en Ebay y desempolvamos mi vieja PS3 rezando para que todavía funcionase. Pero claro, las cosas no podían ser tan fáciles.
El primer problema que nos encontramos fue cargar los mandos, porque si no lo recordáis, los mandos de la PS3 usan miniUSB, un cable que hace años que dejó de usarse. Además, los mandos eran muy puñeteros con los cables y no todos valían para cargarlos. Por suerte, tras probar con varios cables, di con uno adecuado... ¡Bendito síndrome de diógenes!
Cargados los mandos, nos encontramos con el segundo problema: una actualización obligatoria de Diciembre del 2009. Vamos, que la consola llevaba mínimo 14 años sin encenderse, lo que me hizo darme cuenta que mis canas no son postizas. Nos costó dios y ayuda actualizarla, dado que o bien la descarga se trababa al 99% o bien ni descargaba. Al final, se me ocurrió poner la fecha y hora correctas en la consola y milagrosamente logramos ponerla al día (de hace más de una década).
Una vez instalado y actualizado el juego llegó el tercer problema, encontrar una partida en una consola de hace dos generaciones. Seamos sinceros, esto no es un Pc donde no existen las generaciones y puedes encontrar una partida de cuando el 99% del foro conservaba su pelo. Aquí has de encontrar gente tan loca o nostálgica como para seguir jugando con una antigualla como la PS3. Pero oye, que tras varios intentos, ¡Había gente luchando en Valparaiso!
Eso sí, no debemos olvidar que la cosa no consiste en acuchillar a lo loco, si no en hacérselo a uno o varios amigos 5 veces. A ver cómo consigues que uno del equipo contrario te agregue como amigo mientras juega y encima ir sin piedad a por él, sin que te mande un equipo de los GEO a casa por ser un hijo de la gran p***. A pesar de ello, teníamos claros que llegados a este punto, nada nos iba a amilanar.
Tras enviar a discreción invitaciones de amistad a los pocos jugadores del equipo rival, logramos que uno nos aceptase la invitación y tras humillarlo 3 veces matándole con el cuchillo (lo siento, pero en realidad no), por fin llegó el sonido que anunciaba que habíamos hecho historia, consiguiendo el platino en un juego tras 14 años sin jugar.