Por cierto, también quiero destacar, al menos en mi parte, y muy positivamente el trabajo de "remodelación" que han hecho de Hyrule, que me parece brutalmente bueno.
Al BotW le eché más de 400 horas, llegué a conocerme a la Hyrule del BotW mejor que a mi casa, y aún así en el TotK, aún a pesar de que está presente siempre una familiaridad palpable, como era ya obvio y esperable, todo huele a nuevo, todo tiene mucha connotación de algo que todavía no has visto, notas que estás ante un mundo por el que ya has estado pero que es nuevo, han acertado muchísimo con ese sentimiento.
Y esto es importantísimo porque incita a lo que es la base de este juego, a la exploración, es todo lo suficientemente nuevo como para que aún te entren las mismas ganas de ir allí a ver qué hay, es decir, de explorar, que tenías en el BotW, a pesar de la familiaridad de todo.
Imaginaos que os independizáis de la casa de vuestros padres donde obviamente habéis crecido y os la conocéis al dedillo y por cosas de la vida habéis estado 5 años fuera sin visitarla y en este tiempo vuestros padres han aprovechado y han hecho una remodelación completa, prácticamente tirando la casa abajo y volviéndola a construir, y vosotros llegáis y estáis técnicamente en el mismo sitio, y seguís viendo quizás algunos de los mismos muebles o decoración, y seguís notando cosas familiares como el olor de la cocina de vuestra madre o de la colonia de vuestro padre, o las mismas fotos por estanterías y paredes, o las mismas caras como las de vuestros propios padres o la de los vecinos, técnicamente ya habéis estado ahí...
Pero aún así todo os parece nuevo y os dais una vuelta por la casa porque claro, ahora no sabéis dónde han puesto el baño, ni la cocina, ni qué han hecho con el salón, o con las habitaciones... Algo así es lo que sientes jugando a TotK.
Tengo ganas de que sea el día de salida y todo el mundo pueda jugarlo porque todas esas proclamas de que esto es un DLC o de que porqué ha tardado 6 años en salir si ya lo tenían casi todo hecho del BotW van a tener que callarse la boca, sin más.