Pues no puedo daros una respuesta taxativa, ya que estas cosas las decide el tiempo y yo no poseo el poder de ver el futuro. Lo que si tengo, son DATOS, DATOS sacados de PDFs. Y no unos PDFs cualquieras, sino PDFs OFICIALES, así que mucho ojito. Os los dejo por aquí, y ya sacáis vuestras conclusiones.
Como resumen de la impresión que me he llevado, tenía en mi cabeza la idea de que la marca Angry Birds estaba más muerta que la conciencia de un político y resulta que para nada es así.
Primero empezamos por el desembolso que han tenido que hacer. Unos 706 millones de euros que se traduce en una cantidad de muchos yenes.

706 millones por una compañía cuyo tirón ya pasó hace años, pensé yo, pero luego vi el dinero que sigue moviendo Angry Birds y me quedé bastante impactado:

317 millones de euros el año pasado, y con tendencia ascendente. No sé como lo hacen, apenas oigo hablar ya de Angry Birds a estas alturas de la película, pero lo hacen. Esto es indudable. Si la gestión de grandes conglomerados se hiciese en base a las cuentas de la abuela, podríamos decir que para antes de 3 años ya recuperan la inversión. No creo que las cuentas de una empresa funcionen así, pero tampoco voy a contradecir a mi abuela, así que toca quedarse con esa conclusión.
Luego está el tema del potencial que puede tener el estudio para SEGA a la hora de expandirse. Habrá que ver como lo manejan, pero en principio sus planes son estos:

Básicamente, Rovio cuenta con 8 estudios repartidos entre Europa y Canada y una infraestructura bastante potente para el Live Service, lo que SEGA puede aprovechar para expandir sus propios juegos al mercado global.
Además, su idea es que con los recursos de SEGA, también la propia Rovio puede crecer a base de mezclarse con las marcas de SEGA o dar el salto a otras plataformas distintas de los móviles. Imaginaros a Sonic viviendo aventuras con el pollo rojo ese. O imaginaros que hacen una colaboración para un gacha japonés y el pollo rojo se convierte en una polla anime waifu tsundere requetecuca. Son muchas las posibilidades para exprimir al pollo rojo.
Otra cosa es que lo sepan gestionar sumado al factor suerte de cara a que las cosas salgan bien, pero como dije al principio, no quiero jugar a pitonisa. Mi conclusión es simplemente, que no es una compra tan descabellada como pensé de primeras.